Hace unos días, un cliente me compartió un artículo con comentarios muy negativos de los seguros médicos; le respondí de acuerdo a mis 38 años de experiencia y con gusto te invito a leer la respuesta que difundí para comprender mejor el artículo:
https://www.opinion51.com/p/valeria-moy-prohibido-enfermarse:
La compra de un seguro es responsabilidad de ambas partes, tanto del que compra como del que vende. Si yo voy a firmar un contrato de arrendamiento, generalmente leo su contenido y si no estoy de acuerdo con alguna cláusula, sencillamente no firmo. Si no estoy de acuerdo con el seguro, simplemente no lo compro. Describo la problemática:
a. La gente usualmente no lee lo que compra, y a veces, aunque lo lea seguramente no lo podrá entender por el lenguaje técnico de los seguros, necesita el apoyo de alguien que se lo interprete con palabras sencillas.
b. Los clientes con frecuencia se fijan más en el precio al momento de comprar y luego vienen las consecuencias referidas en el artículo.
c. La mayoría de las personas tampoco le da el tiempo a los agentes de seguros para tener una conversación y comprender de qué les hablan.
d. Muchos de los seguros que se compran, lo realizan por medio de sus amigos, quienes a veces no tienen la preparación suficiente y no saben cómo transmitir los derechos y obligaciones de las pólizas.
e. Un agente de seguros con experiencia, normalmente tiene médicos confiables que se ajustan a las reglas de los seguros y que tienen una trayectoria confiable.
2. Acompañamiento en un siniestro.
Una de las condiciones que deberían tener los clientes al momento de adquirir un seguro, es tener definido un plan de servicio por parte de su agente de seguros, con el fin de ir más allá de vender la póliza y evitar este tipo de inconvenientes. En mi opinión, si la demanda en servicio excede de la ganancia que el agente de seguros posee, el asegurado debe estar dispuesto a pagar honorarios para tener derecho a lo que exige.
Es una realidad que mucha de la problemática expresada en el artículo, no es propiamente responsabilidad de la aseguradora, sino del cobro desmedido de los médicos y su falta de profesionalismo. La aseguradora conoce esta realidad y por ello, una de las recomendaciones es que se llegue con médicos de convenio, con el fin de que la aseguradora los “alinee a lo pactado”, y así evitar cobros en exceso. Si las aseguradoras pagaran todo lo que se les presenta en las cuentas, las primas de seguro serían invaluables.
4. Inflación médica. Las aseguradoras no pueden hacer ajustes de primas de acuerdo al aumento de la canasta básica. Cada sector tiene su propia inflación y es entendible que la inflación médica sea diferente a la canasta básica así como el de la construcción, etc.
5. Clase media. No estoy de acuerdo que el seguro de gastos médicos haya sido diseñado por la clase media. Tenemos asegurados de altos niveles socioeconómicos con una cantidad de prima pagada sumamente importante. Es evidente que, al pagar más prima, tiene mejores beneficios y tabuladores médicos, entre otros servicios.
6. Pólizas sin límite. Su comentario es relativo, pólizas que tienen suma asegurada ilimitada, efectivamente tienen varios conceptos que se limitan. Si las aseguradoras pagaran todo lo que se les presentan, las cuentas en las primas de seguro serían imposibles de liquidar.
Los gastos personales, es una exclusión de todas las pólizas.
7. Análisis, pruebas y medicamentos. Los médicos pueden ordenar cualquier examen que ellos les parezca conveniente, pero esto tiene un sentido y si la aseguradora no le encuentra relación, sin duda no lo va a pagar.
Disfruté mucho este análisis, y me enorgullece que mis clientes tengan experiencias diferentes a la narrada en el artículo. Espero que compartan conmigo una opinión favorable de nuestra firma.
SILVANO GARCíA